La última puntada de valentía la recibía este sábado en el coso de abulense de Arévalo cuando el cuarto de la tarde un Garcigrande encastado le arrancaba el cuero cabelludo en una espeluznante cogida que le dejaba otra muestra de cincuenta grapas en su cabeza.
La sombra de la tragedia volvía a envolver al "ciclón de Jerez" recordando aquel grave percance de 20111 en Zaragoza. 'Marqués', hierro de Ana Romero y cuarto de la tarde le atravesaba el cuello afectándole la mandíbula, el oído y el ojo izquierdo. Desde aquel día, al diestro jerezano le reciben en algunos cosos con la bandera pirata en homenaje a su valor y al parche que adorno su rostro.
La cicatrices y costuras que jalonan el cuerpo de Padilla son el resumen de su tauromaquía. Treinta y ocho recados a su vida de los toros a los que se ha enfrentado desde que el 18 de junio de 1994 tomase la alternativa en Algeciras.
De los sustos a los percances, Padilla arranca su particular cita esquiva con la muerte en 2001 en Pamplona cuando un Miura le atravesó el cuello al entrar a matar, fracturándole dos vértebras.
Valencia es otro jalón negro para padilla. En marzo de 2017 el recado se lo dejó un Fuente Ymbro, cuarto de la tarde que tras un muletazo lo empitonaba violentamente por la ingle y el pecho con varios recorridos casi mortales. La hazaña del maestro se completó cuando a pesar de las graves heridas logró dar muerte al toro.