En la ciudad de Los Ángeles, California, los preparativos para la gala de los Oscars 2018 comienzan con días de antelación. Una multitud de eventos y actividades relacionados con el cine se suceden en las calles y los viandantes vuelven a sus casas con la galería de fotografías de su teléfono móvil repleta.
A tres días de la entrega de premios, la urbe amaneció con una nueva atracción: una estatua de Harvey Weinstein sentado en un sofá y vestido con una bata de baño color rosa. El productor aparece con el batín ligeramente abierto en relación a las recurrentes denuncias por acoso y abuso sexual que ha recibido en los últimos meses.
En la estatua, ubicada en un lugar cercano al Dolby Theatre donde se llevará a cabo la gala de los Premios de la Academia, Weinstein también sostiene un Oscar en su mano derecha. Los artistas callejeros Plastic Jesus y Joshua ‘Ginger’, creadores de la obra, han querido así “homenajear” al productor con una estatua dorada frente a la estrella de Elvis Presley.
El título de la escultura, ‘Casting Couch’ o las ‘audiciones de sofá’, hace referencia al acoso al que sometió a numerosas actrices valiéndose de su posición de poder en la industria, como Salma Hayek o Jennifer Lawrence.