Sofía: La capital de Bulgaria es una ciudad aparentemente desconocida, poco frecuentada y explotada turísticamente, donde el viajero podrá disfrutar de buena gastronomía, una ciudad tranquila y muy rica a nivel cultural. En ella se mezclan diferentes religiones que conviven pacíficamente tras la histórica huella del comunismo y socialismo. Sin duda, un lugar donde poder reencontrarse con el pasado de Lenin y con una población, la búlgara, muy hospitalaria y adaptada a los nuevos tiempos.
Turín: Si eres un enamorado de los fenómenos paranormales, puede que estés de enhorabuena. Ciudad de culto para el ocultismo, junto a Londres y San Francisco, Turín forma parte de un misterioso triángulo místico del que muchos aseguran ser sensibles. La ciudad de Turín ofrece, además, un amplio abanico cultural e histórico donde las calles configuran un impresionante escaparate de las corrientes artísticas barroca, rococó, neoclásica y Art Nouveau que puedes disfrutar entre plato y plato con la mejor gastronomía italiana.
Colonia: Además del paraíso del chocolate, la ciudad alemana de Köln, es otro de los enclaves artísticos más destacados de Europa. Con una de las universidades más reconocidas del mundo, en donde se dan cita estudiantes de Erasmus de muchos países, esta ciudad es legendariamente el lugar de descanso de los míticos Reyes Magos de Oriente. Regada por el río Rin, la urbe cuenta con unas vistas panorámicas espectaculares, mucha actividad nocturna y, como no, buena cerveza y gastronomía.
Varsovia: Distintos pactos, tratados y convenciones llevan el nombre de esta ciudad que ha representado la destrucción total y también la reconstrucción después de la guerra. Pasear por sus calles implica no solo disfrutar de la paz y la tranquilidad actual, sino un viaje al pasado más gris que no se diluye entre sus coloridas plazas. La capital de Polonia es una ciudad apasionante para disfrutar de museos, gastronomía, mercadillos y de la mejor herencia musical que ha nacido entre sus edificios. Déjate seducir por esta enigmática ciudad a ritmo de Chopin y abandona los prejuicios en virtud de la sorpresa.
Lyon: Esta es una ciudad, para, literalmente, comérsela regada con una buena copa de vino. Con fama de ser una de las capitales gastronómicas y capital mundial de la seda, la riqueza cultural e histórica que ofrece Lyon pasa por disfrutar de la herencia romana, los recuerdos industriales con edificios y barrios completamente peculiares, museos diversos, compras de todo tipo y ocio para todos los gustos.