Hollywood está rompiendo con los cánones establecidos en el gremio después de un año repleto de escándalos de delitos sexuales. Al contrario de lo que marca la tradición, los ganadores en activo del pasado año presentan las categorías para el género opuesto, Jennifer Lawrence y Jodie Foster comunicarán el nombre de la ganadora a mejor actriz.
El cambió surge tras la negativa de Casey Affleck a asistir a la gala de este año. La causa sería evitar convertirse en el foco de las críticas por las dos demandas interpuestas por Amanda White y Magdalena Gorka, por acoso sexual, tras el rodaje de I'm Still Here, filme del que fue director. Sin embargo, el caso quedó resuelto al llegar las partes a un acuerdo amistoso en el que Affleck indemnizó a las dos afectadas.
La elección de Jennifer Lawrence y Jodie Foster para otorgar el premio ha estado marcado por #MeToo y Time's Up. Estos movimientos han animado a víctimas de abuso o acoso sexual a denunciar sus casos ante la justicia.
Una de las últimas en hacer referencia a estos dos movimientos fue Meghan Markle, la actriz estadounidense prometida del Príncipe Harry. "Ahora con tantas campañas como la de #MeToo y Time's Up nos encontramos ante la mejor oportunidad para dar más visibilidad aún al movimiento para empoderar a las mujeres", afirmó en un evento de la Royal Foundation.