Hay quienes prefieren pasar sus vacaciones rodeados de animales salvajes. Personas que pagan para acariciar a un tigre en Tailandia o para bañarse con un cocodrilo de siete metros en Australia. Cambian el relax de la hamaca por bañarse entre tiburones. O se van a la Patagonia para acercarse a las ballenas.
Los planes que entrañan riesgo están supervisados por una agencia de viajes específica y en todos ellos se extrema la seguridad. A los adictos a las vacaciones extremas la vuelta al trabajo no se les hace cuesta arriba. Las sensaciones que generan harán un día a día más llevadero.
Otros vídeos que ponen a prueba el riesgo
El último selfi de alto riesgo ha ocurrido en Coslada, Madrid, cuando un joven de 17 años caía electrocutado al intentar hacerse una foto y rozar la catenaria que transporta alta tensión. El menor está hospitalizado con pronóstico grave. Otros han tenido peor suerte y han muerto por conseguir el mejor selfi con los consiguientes 'likes'.
En uno de cada tres accidentes está implicado el alcohol por eso se ha creado una campaña para concienciar a los motoristas que no conduzcan si han bebido. La DYA instala en Bilbao un simulador de conducción etílica para concienciar sobre el peligro del alcohol.
Los ataques de tiburones hacen que solo tres de las playas de Isla Reunión sean aptas para bañistas. La playa de Boucan Canot es una de las más afectadas por estos ataques y desde el año 2010 han sufrido 27 ataques y nueve muertos, siete de ellos surfistas.