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La pesadilla de ser autónoma de un restaurante

  • El sector de la hostería genera cerca del 9 % el empleo nacional

Se han anunciado muchas medidas económicas respecto a la crisis del coronavirus. En estas semanas se han sucedido ruedas de prensa de ministros poniendo sobre la mesa diferentes medidas para empresas. Principalmente créditos avalados en un 80% por el Estado y un aplazamiento del pago de impuestos trimestrales de abril a mayo. Sin embargo, ¿esas ayudas son suficientes?

A juicio los hosteleros ni mucho menos. Como señala Susana Fernández, dueña de un restaurante en el barrio de las Tablas en Madrid: “Nadie nos está regalando nada. Son créditos, es decir es dinero que primero tiene que decidir el banco si te lo deja y luego tienes que pagarlo sino puedes acabar en un embargo. Además en los tres bancos que he solicitado no me han contestado, han pasado de mí. Incluso conocidos míos me han dicho que están pidiendo intereses de hasta 4% y que les obligan a firmar seguros que comercializan los bancos.” Algo que no entraba en el espíritu de la norma. El caso es que el real decreto que regula estas ayudas no prohíbe que se requieran más garantías para la parte que no cubre el Estado tampoco están obligadas a aceptar todas las peticiones y no fija un límite claro de intereses, solo que no se cobre más que antes de la crisis sanitaria.

El Sector de la hostelería supone un 6,2% del PIB nacional lo que es entre 2 y 3 veces más que otras economías europeas. Es decir de aquí sale más dinero para pagar el conjunto del Estado que en otros países. Solo el IVA que se espera dejar de recaudar por efectos de esta crisis rondan los 5.000 millones de euros.

A esto se suma el momento económico de nuestro país. Si en la crisis del 2008 teníamos una deuda pública del 39% hubo margen para rescatar a los bancos. Ahora es casi el 100% del PIB, de las más altas de Europa. Durante los últimos años de bonanza no se ha reducido el gasto público en partidas ineficientes. Es decir, cuando llega la “hibernación” como se le llama a este parón económico no hay “grasa”, margen de ahorro o endeudamiento, para mantenerse. Así, otros países como Alemania suspenden el cobro de impuestos a empresas. Se lo pueden permitir su deuda públicas es del 61% del PIB. En España no hay margen para medidas como esas y como mucho se retrasa el pago de impuestos un mes. Es más se siguen cobrando impuestos municipales a hosteleros que no se disfrutan como las tasas de basuras, terrazas, etc.

Al final todos esos aspectos macro económicos repercuten en la mayoría de emprendedores de este país. En el caso de nuestra pequeña empresaria una mujer, familia monoparental, con dos hijas. Ha echado muchas horas en su negocio, “he estado desde que abríamos el bar a las 7,30 de la mañana hasta la una de la madrugada que cerraba. He emprendido, he generado empleo, he pagado todo tipo de impuestos, etc. Y he perdido un montón de tiempo de estar con mi familia para ahora estar así comiendo lo que guardo en las cámaras frigoríficas del bar porque no tengo dinero para ir al supermercado”, confiesa Susana.