La exsecretaria general del Partido Popular y diputada en el Congreso, María Dolores de Cospedal, ha asegurado en un comunicado remitido a Europa Press que las conversaciones del ex comisario José Manuel Villarejo con su marido, Ignacio López del Hierro, "no cambiaron nada" de los casos judicializados contra el Partido Popular. Añade que el objeto de esas filtraciones es "cubrir" el hecho de que miembros del Gobierno negaron hasta tres veces conocer al excomisario cuando eso no era así.
La dirigente popular responde así a las informaciones publicadas por Elconfidencial y Moncloa.com, en las que se afirma que el empresario Ignacio López del Hierro, utilizó presuntamente al comisario José Manuel Villarejo para conseguir información privilegiada de investigaciones contra la corrupción que afectaban al PP y evitar que otras causas prosperaran.
Según estas publicaciones, grabaciones realizadas por el presunto cerebro de la operación Tándem, a las que han tenido acceso, revelan que López del Hierro habría actuado presuntamente como intermediario entre Génova y el comisario, y que este colaboró para torpedear las pesquisas de los casos Gürtel, Brugal y Umbra, que apuntaban de lleno a altos cargos populares.
La exsecretaria general del PP ha querido salir al paso de estas informaciones sobre las grabaciones filtradas entre Villarejo y López de Hierro asegurando que "se trata de conversaciones en las que Villarejo cuenta a un particular lo que él considera que está ocurriendo con asuntos que se están conociendo en ese momento y que tienen que ver con personas vinculadas al PP".
"Como es lógico y por la relación que tiene conmigo, esa persona recibe la información y pregunta acerca de ella pues puede ser un tema importante como luego se conoció", admite María Dolores de Cospedal.
Sin embargo, precisa que "lo que está claro es que los temas de los que se habla están todos judicializados desde hace nueve años y esas conversaciones no cambiaron nada de lo que sucedió, ni por parte de Ignacio López de Hierro, ni por mi parte, secretaria general del PP".
La dirigente popular recalca que en aquel momento su partido "estaba en la oposición", ya que las conversaciones se produjeron, según Elconfidencial, entre junio y noviembre de 2009, es decir, en los meses siguientes al estallido del caso Gürtel (que saltó en febrero de 2009) bajo el liderazgo del entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, con quien Villarejo mantenía una relación fluida.
Además, según recuerda la publicación, en esa época, el comisario gozaba de la plena confianza del Gobierno socialista, del Ministerio del Interior que encabezaba Alfredo Pérez Rubalbaca (2008-2011) y también de los mandos policiales del momento, como confirmó el audio de la comida en el restaurante Rianxo de octubre de 2009. En esa cita compartieron mantel con Villarejo el propio Garzón, la actual ministra de Justicia, Dolores Delgado, y la cúpula policial de la época casi al completo, incluido el entonces directo adjunto operativo (DAO) del cuerpo, el ya fallecido Miguel Ángel Fernández Chico.
En opinión de Cospedal, "la trascendencia que trata de darse a estas conversaciones que no aportan nada a ningún proceso en marcha solo pueden tener un objetivo: tratar de cubrir el hecho de que personas muy relevantes del actual Gobierno negaron hasta tres veces conocer al comisario Villarejo, cuando se ha evidenciado que no era cierto". Y añade que esta cuestión "no ha sido negada en ningún momento ni por Ignacio López del Hierro ni por mí".
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