El amor que se profiere esta pareja está a prueba de bombas. Fue uno de tantos futuros matrimonios que tuvieron que cancelar su boda durante el estado de alarma pues, aunque el 13 de junio, que era su fecha, ya había comenzado la desescalada, prefirieron aplazarla para poder disfrutar de su gran día por completo.
Justamente, se quedó libre el 18 de julio porque otra pareja también anuló su enlace, y Nuria lo reservó para casarse por fin, estando “segura” de que ya se podría celebrar sin problemas. A poco más de una semana del evento, esta pareja, que vive en la zona roja de Lleida, ha vuelto a confinarse por el gran rebrote de coronavirus que se ha registrado en Segriá y, por tanto, su boda está de nuevo en peligro.