Esta semana comienza el juicio por el Caso de Gabriel Cruz, un caso que estremeció a todo un país, y que desató la mayor búsqueda de la historia de España: durante 12 días se intentó localizar al pequeño de 9 años, desaparecido cuando salió de casa de su abuela hacia la de otro familiar en Las hortichuelas, Almería.
Desde el primer momento Ana Julia Quezada, la pareja de su padre, se convirtió en la principal sospechosa, aunque ella misma decide participar en la búsqueda y finge su propio sufrimiento. Tras días de investigación, finalmente se vio acorralada y tuvo que ir a desenterrar el cadáver del niño y meter su cuerpo en el coche. Fue entonces cuando la policía pudo detenerla, acusada del asesinato de Gabriel.
Ana Julia confesó el crimen pero lo presentó como un homicidio imprudente, aunque el juez no la creyó. Por ello, podrá enfrentarse a una pena de prisión permanente revisable por asesinato con alevosía con el agravante de parentesco y por las lesiones psíquicas causadas.