“Voy a rastrear la zona hasta que caiga la luz”, ha dicho en ‘Cuatro al día’ el rastreador profesional Fernando Gómez, encargado de buscar al cocodrilo del Nilo que, presuntamente, vio un policía local de Valladolid en las aguas del Pisuerga. Se trataría de, nada más y nada menos, un ejemplar de unos 250 kilos y alrededor de un metro y medio de largo, es decir, un depredador de alto nivel en la cadena alimentaria.
Sin embargo, a pesar de su visible envergadura, este rastreador no ha conseguido encontrar “ni un solo indicio” de su existencia: "Hemos peinado ya varios kilómetros y cada huella, cada trampa y no hay indicios de la presencia de un caimán. Yo leo el terreno y el terreno me dice que aquí no está, lo que no quiere decir que no exista. Pero todo lo que hemos visto corresponde a especies comunes, como puede ser la nutria", ha dicho en CAD.
Asimismo, se han hallado rastros y aplastamientos que corresponden a presencia y paso del ser humano, mientras que también hay otros indicios, tales como huellas, que "no son de diagnóstico" y, por tanto, "no se puede decir a que especie pertenecen".
"Hemos revisado meticulosamente cada rincón donde el animal ha podido tomar el sol o dejar marcas de huellas y no hemos encontrado nada", ha repetido Gómez, quien ha avanzado que el operativo junto a la Guardia Civil continuará con una búsqueda "activa" para tratar de localizar "algún indicio que confirme la presencia de un reptil de gran tamaño".