Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. Hasta ahora los más autorizados desaconsejaban a las personas con problemas cardiacos el consumo de productos lácteos enteros. Una investigación realizada por la Universidad McMaster, en Canadá, pone esto en entredicho.
“Los resultados muestran que los lácteos enteros son beneficiosos para la salud cardiovascular”. Por ello, “el consumo de estos productos no debería desaconsejarse e incluso debería fomentarse en países de bajos y medios ingresos, donde su ingesta es mucho menor que en Norteamérica o en Europa”, según el investigador Mahshid Dehghan, responsable del trabajo publicado en la revista especializada The Lancet.
Los resultados contrastan con las pautas dietéticas actuales, que recomiendan consumir de dos a cuatro porciones de lácteos descremados por día y minimizar el consumo de leche, yogures o quesos enteros para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Los participantes, 136.384 personas de entre 35 y 70 años en 21 países, fueron monitorizados durante un promedio de 9,1 años. En este tiempo, hubo 6.796 muertes y 5.855 accidentes cardiovasculares importantes, según los autores del estudio prospectivo Urban Rural Epidemiological (PURE).
En el estudio se consideró que una porción normal de lácteos: un vaso de leche (244 g), un yogur (244 g), una rebanada de queso (15 g), o una cucharadita de mantequilla (5 g).
La ingesta de productos lácteos resultó más alto en Norteamérica (368 g por día, o más de cuatro porciones) y más bajo en Asia meridional, China, África y Asia sudoriental (147, 102, 91 y 37 gramos al día, respectivamente o menos de una porción de lácteos diaria).
Grasas beneficiosas
El equipo de investigadores explicó que se necesita profundizar más en los estudios para entender por qué los lácteos se asocian con niveles más bajos de enfermedades cardiovasculares. La recomendación de consumir lácteos desnatados se basa en el colesterol LDL, como único marcador de riesgo cardiovascular .
Sin embargo –añaden– algunas grasas saturadas pueden ser beneficiosas para la salud cardiovascular, y los productos lácteos también contienen compuestos saludables, incluidos aminoácidos específicos, grasas insaturadas, vitaminas K1 y K2, calcio, magnesio, potasio y probióticos.
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