El equipo de investigación utilizó datos del estudio Newcastle 85+, realizado en Reino Unido. Los investigadores de este estudio se acercaron a todas las personas que cumplieron 85 años en 2006 en dos ciudades del Reino Unido para participar.
Al comienzo del estudio en 2006-2007, había 722 participantes, 60 % de los cuales eran mujeres. Los participantes proporcionaron a los investigadores información sobre lo que comían todos los días, sus medidas de peso corporal y altura, su evaluación general de salud, incluido cualquier nivel de discapacidad, y sus registros médicos.
Los investigadores descubrieron que más de un cuarto (28%) de los adultos mayores en el noreste de Inglaterra tenían ingestas de proteínas por debajo de la cantidad diaria recomendada. También comprobaron que los adultos mayores que tienen más enfermedades crónicas también pueden tener diferentes requerimientos de proteínas.
Para obtener más información sobre los beneficios para la salud de una ingesta adecuada de proteínas en adultos mayores, los investigadores examinaron el impacto de la ingesta de proteínas en el aumento de la discapacidad durante cinco años.
La teoría de los investigadores fue que comer más proteínas se asociaría con un desarrollo más lento de la discapacidad en adultos muy mayores, según su masa muscular y su fuerza muscular. Estaban en lo cierto. Los participantes que comieron más proteínas al comienzo del estudio tenían menos probabilidades de quedar discapacitados en comparación con las personas que comían menos.
A la vista de los hallazgos, el doctor Nuno Mendonca, autor principal del estudio, apunta que los mayores deben tratar de comer entre 1 y 1,2 gramos de proteína por cada kilo de peso corporal. "Por ejemplo, para una persona que pesa 72 kilos, eso sería aproximadamente 58 gramos de proteína al día (una porción de pollo de 1 kilo contiene aproximadamente 31 gramos de proteína)", detalla.