A su regreso, Scott fue sometido a una serie de pruebas para comparar lo que le había ocurrido a su cuerpo con lo que le pasó a Mark en la Tierra. Los resultados revelaron que el ADN de Scott mostraba indicios de metilación excesiva, es decir, de un proceso mediante el cual las células unen ciertas sustancias químicas, conocidas como grupos metilo, a sus moléculas de ADN.
"Entre las cosas más emocionantes que hemos visto, al observar el comportamiento genético en el espacio, es que realmente hay una explosión, como fuegos artificiales que despegan, tan pronto como el cuerpo humano entra al espacio", explica el investigador Chris Mason. "Con este estudio, hemos visto miles y miles de genes cambiar la forma en que se encienden y se apagan".
Segú la NASA, para los científicos es un proceso normal que el cuerpo usa para activar y desactivar genes específicos, y que lo hace todo el tiempo. Sin embargo, Scott Kelly lo experimentó en un nivel mucho más alto que su hermano Mark mientras estuvo en el espacio. Los investigadores suponen que la metilación fue tan activa porque su cuerpo se estaba ajustando a un entorno radicalmente diferente. Esto podría haberlo ayudado a acostumbrarse más rápidamente a la falta de gravedad.
Los científicos señalan que los resultados de este estudio serán extremadamente importantes, en unos pocos años o décadas, cuando las personas emprendan misiones a largo plazo a Marte o a la Luna.