Un grupo de científicos pertenecientes a la Universidad de Poitiers (Francia) evidenciaron la existencia de vida multicelular en la Tierra hasta unos 1.500 millones de años antes de lo esperado. Los investigadores comprobaron como esta biodiversidad coexistía entonces con una parte de dioxigenación de la atmósfera y se desarrollaba en un entorno marino sin apenas profundidad.
En ese mismo lugar, el equipo de expertos también localizó elementos fosilizados. Algo que demuestra que ciertos organismos multicelulares eran lo suficientemente sofisticados como para moverse a través de su hábitat, rico en materia orgánica.
Procedimiento
Para reconstruir las piezas, se observaron detenidamente las trazas en 3D utilizando una micro-tomografía computarizada de rayos X, una técnica de imagen no destructiva. Las estructuras más o menos sinuosas son tubulares, de un diámetro generalmente consistente de unos pocos milímetros, y atraviesan capas finas de roca sedimentaria. El resultado del análisis geométrico y químico ha evidenciado un origen biológico, que apareció al mismo tiempo que se depositó el sedimento.
Es difícil precisar qué aspecto tenían esos seres vivos, pero los expertos lo han relacionado con las amebas coloniales. Estas especies se agrupan formando una babosa, que se mueve en busca de un entorno más favorable.
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