En la opinión de los expertos, las experiencias cercanas a la muerte son “un acontecimiento psicológico profundo con elementos místicos”. Por ello, un tercio de las personas que han vivido este tipo de situaciones aseguran haber experimentado sensaciones de satisfacción, desprendimiento psíquico del cuerpo o movimientos rápidos a través de un largo túnel.
Además, aseguran que la cultura y la edad también juegan un papel determinante. Esto hace que los indios afirmen haberse reunido con lama, el dios hindú de la muerte, mientras que los estadounidenses dicen que se encontraron con Jesús. Por otro lado, los más pequeños suelen afirmar que han visto a amigos o maestros.
En un estudio del año 2009, los neurocientíficos Olaf Blanke y Sebastian Dieguez propusieron dos tipos de experiencias cercanas a la muerte. El primer tipo está asociado a aquellos casos en los que el hemisferio derecho del cerebro está afectado. Esto altera la sensación del tiempo y hace que la persona tenga la sensación de volar. El segundo, vinculado con el otro hemisferio, se caracteriza por ver o comunicarse con espíritus y escuchar voces sonidos o música.
Los lóbulos temporales también juegan un papel crucial, ya que esta área del cerebro está involucrada en el procesamiento de la información sensorial y la memoria, por lo que si varían su actividad pueden producir sensaciones y percepciones extrañas.