La sonda Chang'e-4 de China aterrizó este 3 de enero en la cara oculta de la Luna, convirtiéndose en la primera nave en conseguir posarse en un terreno inexplorado, nunca visible desde la Tierra.
La sonda, compuesta por un módulo de aterrizaje y un vehículo de exploración, tocó la superficie lunar en el área de aterrizaje preseleccionada a 177,6 grados de longitud este y 45,5 grados de latitud sur en el lado opuesto de la luna a las 02.26 GMT, anunció la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), citada por Xinhua.
Con la asistencia de comunicación del satélite de reenvío Queqiao, que significa 'puente de la urraca', la sonda envió la primera fotografía de primer plano del otro lado de la luna, abriendo un nuevo capítulo en la exploración lunar.
Después de que el Centro de Control Aeroespacial de Pekín envió una orden a las 02.15 GMT, Chang'e-4, lanzada el 8 de diciembre de 2018, comenzó a descender desde 15 kilómetros por encima de la luna con un motor de empuje variable encendido, dijo la CNSA.
La velocidad relativa de la sonda a la luna se redujo de 1,7 kilómetros¡ por segundo a cerca de cero, y la actitud de la sonda se ajustó a unos 6 a 8 kilómetros por encima de la superficie lunar.
Finalmente, la sonda aterrizó en el Cráter Von Karman en la Cuenca del Polo Sur-Aitken, uno de los mayores cráteres de impacto conocido en el Sistema Solar, que mide 2.600 kilómetros de diámetro. Durante el proceso descendente, una cámara en la sonda tomó fotos del área de aterrizaje.
Chang'e 4 va equipado con ocho instrumentos, incluida cámara y espectrómetro. Se pretende que obtenga detalles sobre la composición de la superficie y también de capas en el subsuelo, con el objetivo de explicar la diferente apariencia de la cara oculta de la Luna frente al lado que vemos desde la Tierra, mucho menos accidentado. También se realizarán observaciones radioastronómicas.