Según un estudio especializado publicado en la revista Nature, las misteriosas señales provienen de un lugar fuera de nuestra galaxia, ubicado a unos 1.500 millones de años luz. El verano parece ser la estación apta para descubrir este tipo de acontecimientos. De hecho, el año pasado se registraban 13 fenómenos más de esta índole.
La señal encontrada, más conocida como FRB 121102, fue localizada por primera vez en 2012, se repitió 16 veces, y su origen fue rastreado en una galaxia de dimensión pequeña ubicada a 3.000 millones de años luz. La nueva ráfaga, llamada FRB 180814.J0422+73, se repitió seis veces. Los expertos señalan que siete ondas se registraron a través de 400 mega Hertz, que sería la frecuencia más baja hasta el momento.
Las señales FRB 121102 y la FRB 180814.J0422+73 guardan alguna semejanza y se piensa que este hecho puede sugerir mecanismos de emisión o efectos de propagación similares. Los pioneros en descubrir la señal fueron un grupo de científicos de la Universidad de Virginia Occidental (EE.UU) mientras analizaban los datos recopilados por el telescopio australiano Parkes en 2001. A partir de ese momento, este enigma ha sido motivo de investigación y de asombro entre los profesionales astrofísicos.
Procedencia de las señales
El origen de estas señales posiblemente esté relacionado con la existencia de poderosos fenómenos astrofísicos que circulan desde miles de millones de años luz fuera de nuestra galaxia. De esta forma, los expertos aseguran que podría tratarse de una tecnología alienígena que está en constante crecimiento.
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