Su ausencia ha marcado el inicio del festival de cine de Venecia. El realizador Roman Polanski, a sus 86 años sigue recluido en Francia por miedo a ser extraditado a EEUU por un delito de violación a una menor que cometió hace 41 años.
Sin embargo, esta acusación no ha afectado en el estreno de su nueva película, que ha gustado mucho, mitigando algo la polémica del pasado del director Polaco.
La presidenta del jurado, Lucrecia Martel, ha tenido que ver la película en contra de su voluntad, ya que ha asegurado que no puede separar al autor de su obra.