La infección dependiente de anticuerpos: cuando la inmunidad, en vez de defenderte, se alía con el virus
Un caso de reinfección del covid19 en Nevada, en la que el paciente ha estado más grave que la primera vez, ha alarmado a la ciencia
Una explicación a esta reinfección podría ser el ADE (aumento dependiente de anticuerpos) que potencia a la infección misma
El ADE es un fenómeno en el que los anticuerpos, en vez de atacar al virus, le abren la puerta para entrar mejor en nuestras células
La publicación en Lancet del caso de un joven de 25 años que se ha reinfectado de coronavirus en Nevada (Estados Unidos), ha abierto una nueva línea de investigación científica, que podría afectar a la efectividad de las vacunas de cara al futuro y, por ellos, los investigadores quieren estar prevenidos.
Teniendo en cuenta que, en el mundo, se han registrado ya hasta 37 millones de infectados de covid19 y que, en comparación, el porcentaje de segundas infecciones es poco significativo, los científicos se han hecho preguntas sobre por qué, en esta segunda infección, el paciente ha presentado síntomas más graves que en la anterior.
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Cuando los anticuerpos permiten al virus entrar en las células
Una de las hipótesis es el ADE, la amplificación de la infección dependiente de anticuerpos, en el que el organismo vuelve a sorprendernos con sus habiliadades estratégicas y la inmunoglobulina, en vez de defendernos, se alía con un el virus entrante para potenciar su fuerza y hacerlo más grave.
"Hay personas que producen un tipo de anticuerpos que, en vez de ser neutralizantes o protectores, se unen al virus y favorecen su entrada en las células. Eso, en el caso del Dengue, hace que éste sea más hemorrágica en una segunda infección o después de una vacuna, pero estos datos no se han confirmado en el caso del SARS-COV-2", explica una microbióloga de la UCM a 'Cuatro al día'.
"Es importante anticiparse a este posible problema"
La experta recuerda que esta posibilidad "sólo está en estudio" y que la mayoría de las pocas descripiciones de ADE han ocurrido en investigaciones experimentales, por lo que no hay "evidencias clínicas potentes". "Es importante anticiparse a este posible problema para afianzar la seguridad de las vacunas presentes y futuras", ha concluido.