‘CAD’ habla con un amigo de ‘el manitas’, con quien estuvo el día de su detención: “Lo de Esther no creo que lo haya podido hacer”
Ramón ‘el manitas’, según ha confirmado su abogada, ha iniciado “una huelga de hambre porque le parece injusta la detención”
Un equipo de ‘Cuatro al día’ ha visitado el pueblo donde ha vivido toda la vida Ramón, Laguna de Duero, a 28 kilómetros de Traspinedo
José Luis, amigo de ‘el manitas’ ha confirmado que Ramón tenía pensado irse a Colombia
El Juzgado de Instrucción nº5 de Valladolid ha ampliado 72 horas más la detención del único detenido por la desaparición de Esther López, el pasado 12 de enero, en Traspinedo. Él, tal y como ha confirmado su abogada, ha respondido declarándose en huelga de hambre: “Le conozco y soy su abogada desde hace muchos años. Es inocente. Va a continuar con la huelga de hambre porque le parece muy injusta esta detención”.
Mientras la investigación sigue su curso, un equipo de ‘Cuatro al día’ se ha desplazado al pueblo en el que ha vivido Ramón toda la vida, Laguna de Duero, a 28 kilómetros de Traspinedo. Allí su familia es muy conocida por haber regentado durante años un bar, pero también por la fama que precede al detenido.
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“Sí que hubo ciertos problemillas con ellos… Por convivencia, drogas”, contaba un vecino, y otro añadía: “En el bar abría una ventanita para que entraran los chicos y robaran a sus padres, con eso lo digo todo”. No piensa lo mismo José Luis, amigo de la familia y en especial de Ramón, que ha explicado a ‘CAD’ cómo es ‘el manitas’:
“Que sea conflictivo en cosas de la juventud, de tomar porros y esas cosas, pero él no es de mucho hablar con la gente. El día que le detuvieron estuve ahí tomando una cerveza con él, unos chismes, se iba a ir a Colombia o no sé dónde, pero lo de esta chica no creo que lo haya podido hacer”.
El reportero del programa ha hablado también, un día más, con Miguel, el padre de Esther, que continúa en un sinvivir: “Nos han dicho que todavía les faltan muchas pruebas que analizar, y nos han dicho que no duermen ni tres horas al día, pero que aún les falta mucho trabajo. No nos han podido decir nada más hasta que tengan pruebas fehacientes y claras”. Y desolado, finalizaba: “Esto es lo que nos ha tocado vivir, y lo siento, sobre todo, por mi otra hija, que está embarazada”.