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El Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura de Alemania permitió el pasado martes que se continúen eliminando millones de pollitos machos por parte de la industria agrícola hasta que se encuentre un método adecuado para la diferenciación del sexo a gran escala de las crías en los huevos, como informa La República
La polémica surge en base al primer artículo de la Ley sobre la Protección de los animales, que dicta que "nadie tiene el derecho de infligir a los animales dolores, sufrimientos o daños sin motivos razonables"
Ante esto, la jueza Renate Philipp ha aclarado que "La práctica actual (de eliminar a los pollitos machos) se basa en un motivo razonable hasta la aparición, en un plazo a priori cercano, de métodos para determinar el sexo en el huevo"
Se ha dado prioridad a los intereses económicos de la industria avícola, ya que mantener en los criaderos de gallinas a polluelos macho no aporta beneficios a la industria, y resultan demasiado caros para reproducirse. Por ello más de 45 millones de polluelos son sacrificados cada año.
El origen de esta disputa se remonta al año 2013, cuando el ministerio de Agricultura de la región de Renania del Norte-Westfalia quiso prohibir la eliminación masiva de estas crías. Sin embargo, la industria avícola se opuso completamente y los criaderos de gallinas ganaron ante las jurisdicciones del estado regional y ahora a nivel federal.
Ante esta creciente polémica, Julia Klöckner, ministra de agricultura, se ha posicionado en contra de esta medida: "Matar a los animales a partir de su nacimiento a causa de su sexo no es posible." Y anunció que se estaban empleando 8 millones de euros en la búsqueda de alternativas:
A pesar de que ya hay varios métodos que permiten diferenciar el sexo de los polluelos en el huevo, todavía no se pueden aplicar a grandes escalas. Por otro lado, cuidar de los pollitos machos sale muy caro para las empresas y no provoca beneficios.
Esta cuestión es muy importante para los defensores de los animales, que ven de extrema necesidad la creación de criaderos donde tanto los machos como las hembras tengan utilidad para la producción. Así lo ha afirmado la organización especializada en los alimentos Foodwatch: "En vez de apostar a la selección en función del sexo, la ministra de Agricultura Klockner haría mejor en dedicarse a poner fin a la cría basada en el alto rendimiento."
