El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez-Jácome, abrirá un expediente a 10 de los funcionarios del Concello por no entrar a su puesto de trabajo a la hora marcada. Él mismo fue quien detectó la infracción: acudió a dicho departamento a las 8:10 de la mañana y ninguna de las 10 personas que debían estar allí trabajando desde las ocho había llegado. El primer trabajador se presentó a las 8:35 h. y el último, a las 9.15 h. “Entiendo que se fueron avisando por whatsapp, si no hubieran tardado más”, opina el alcalde.

Pérez-Jácome tenía la sospecha de que en ese departamento podría estar dándose un caso de absentismo laboral debido a algunas experiencias previas que había vivido. Había mandado llamar en varias ocasiones a algunos de esos trabajadores y ninguno estaba en su puesto de trabajo. Así que decidió ir él mismo a comprobarlo.

El alcalde no coincidió con ninguno de los funcionarios ya que tuvo que marcharse a una reunión. Dejó a cargo del asunto al jefe de personal, que fue anotando los nombres de los presuntos infractores. “Aún encima de llegar tarde, era increpado por estas personas”, le contó el alcalde a Joaquín Prat.

El sindicato CSIF afirma que los trabajadores sí que cumplen su horario y que algunos llevan dos años esperando a cobrar unas horas extra y complementos salariales que se les debe. Para el alcalde, una cosa no tiene nada que ver con la otra. “Los sindicatos están defendiendo privilegios más que derechos. Más que privilegios, abusos y eso como alcalde no lo voy a tolerar”, aseguró.

“Desde hace unas décadas hay una cierta dictadura funcionarial, son una nobleza y nos tienen a todos acomplejados porque si los criticas te comen y no lo voy a tolerar”, sentenció.