Esfuerzo y sacrificio forman parte del día a día de la ganadería de nuestro país: el teléfono lácteo sigue respondiendo
El sector lácteo tiene mucho que decir sobre el día a día en el sector.
El teléfono no ha dejado de sonar y son muchas las preguntas que siguen haciendo los consumidores a los protagonistas del sector, a los que tienen experiencia en la vida agrícola y ganadera.
En este caso nos desplazamos hasta La Revilla, en Cantabria y allí nos recibe Charo Arredondo para responder a una de las preguntas que la gente le ha hecho.
P- ¿Cómo es el día a día del sector lácteo?
R- Charo- Con mi marido llevo 42 años con las vacas y jamás nos hemos podido coger más de tres días de vacaciones. Nunca, porque las vacas no saben de vacaciones.
El día a día de un ganadero es muy duro: yo me levanto a las 5:50 de la mañana para empezar a ordeñar sobre las 06:05, paso dos horas ordeñando y ahí es cuando veo si las vacas están bien o están mal. Cuando acabo de ordeñar, tengo que lavar las salas, seguir dándoles de comer a los terneros, luego hay partos.
Continuamente estamos pendientes de las vacas, podemos parar para desayunar, a lo mejor media hora, otra hora para comer y continuamente todos los días del año así…
Charo es un ejemplo más de los ganaderos y ganaderas que trabajan en nuestro país, a los que no les hace falta ni que suene el despertador para levantarse e ir a trabajar.
Ellos aman su trabajo y disfrutan de él, aunque son conscientes de que es un trabajo duro y muy sacrificado.
Vivir de y para el campo no es una de las opciones que la gente más elija, pero es el sustento para muchas familias, que se resisten a abandonar la profesión que les apasiona. Y es que gracias a ellos podemos entender y disfrutar del origen de todo.