Graba la brutal agresión de su ‘inquiokupa’: “La policía me dijo que me fuera a un hotel porque a la próxima me podría sacar un cuchillo”
‘Cuatro al día’ ha charlado en exclusiva con la propietaria agredida por la okupa que está en su casa
La desesperación de la propietaria es tal que, incluso, se ha planteado mudarse de piso, pero no lo hace porque no se lo puede permitir
“Cuando me agredió pregunté a la Policía si podía sacar sus cosas y a ella y me dijeron que si ella llamaba a los Mossos me detendrían a mí”
La crisis ha llevado a muchas personas a verse en la necesidad de compartir piso para ahorrar gastos. Es el caso de Marta y Antonia. Marta, propietaria de la vivienda en la que vive, decidió compartir piso con Antonia, una amiga, pero la convivencia se volvió insoportable al poco de comenzar a vivir juntas.
‘Cuatro al día’ ha acudido a la vivienda para hablar con la propietaria y con la ‘inquiokupa’, que no quiso hablar con la reportera del programa. Quien si habló fue Marta, que se mostró desesperada ante la situación que está viviendo en su propio hogar: insultos, gritos y hasta golpes por parte de Antonia, que, además, no paga el alquiler: “Esto ha ido por el juzgado, por lo penal, pero nadie me hace caso, nadie me dice qué tengo que hacer, nadie la saca, nadie me ayuda y yo no puedo más”.
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La desesperación de la propietaria es tal que, incluso, se ha planteado mudarse de piso, pero no lo hace porque no se lo puede permitir, por eso no le quedó otra que denunciar, y ni con esas ha conseguido que la ‘inquiokupa’ se vaya: “Fui a la policía puse la denuncia, juicio rápido, el fiscal la dejó en mi casa hasta que encuentre algo y no se va esta señora, con una agresión incluso me la dejan en mi casa”.
Antonia no sale de su habitación, únicamente a la cocina y al baño, por eso Marta no tiene opción: “Cuando me agredió pregunté a la Policía si podía sacar sus cosas y a ella y me dijeron que si ella llamaba a los Mossos me detendrían a mí” y me dijeron “vete a un hotel, porque a la próxima puede ser con un cuchillo”, lo que hace que su desesperación y el miedo a nuevas agresiones no la dejen vivir.