El pasado sábado, la final de la Champions disputada entre Real Madrid y Liverpool en Saint-Denis se vio manchada por la violencia. El partido empezó con más de media hora de retraso debido al caos que se produjo durante la previa: agresiones, robos, tapones angustiosos… Pero esos momentos de tensión incluso aumentaron a la salida.
Luis Moscardó, español testigo de la violencia vivida en París, ha entrado en directo en ‘Cuatro al día’ para contar cómo lo vivió en primera persona.
“Fui con mi familia, incluido mi sobrino de 5 años. Todo fue con normalidad hasta que, cuando llegamos, nos encontramos con que la UEFA indicó que teníamos que aparcar a 3 kilómetros del estadio”, comenzaba Luis.
“Cuando llegamos al estadio, con hora y media de antelación, encontramos filas enormes de gente y muy poca seguridad. La policía tenía actitud pasiva y empezó a haber murmullo porque había grupos de cuatro o cinco personas que iban de un lado a otro intentando robar. Como el móvil era el elemento para poder entrar en el estadio, aprovechaban que estaba todo el mundo con el móvil en la mano. Hubo momentos de absoluta violencia”.
“Ya fue algo absolutamente extremo. Salimos, bajamos las escaleras del último control y mirando hacia el metro empezamos a escuchar ruidos de percusión. Eran grupos de unas 40 personas haciendo un embudo. Una absoluta caza de ratones, nosotros éramos ratones e íbamos hacia la trampa. Se pusieron a robar y hacer todo lo que podían”.
Joaquín Prat le ha preguntado por la seguridad al finalizar el partido y por la presencia de agentes: “A partir del metro, nadie. De camino al autobús, que eran 3 kilómetros andando, a oscuras, te entraban grupos por todos lados para robarte, te perseguían, corrían... Ni un rastro de nadie de seguridad. Hicimos los 3 kilómetros solos. Fue absolutamente desagradable".
“Hubo familias que, a quienes nos veían más jóvenes y que podíamos echar una mano, venían llorando, pidiendo auxilio. Niñas llorando porque les habían tocado estos vándalos… Y los padres con caras desencajadas sin saber qué hacer ni dónde ir”.