Juan Pérez tenía doce años cuando vivió una de las experiencias más traumáticas de su vida. El pequeño cruzó la neblina con su caballo una mañana de septiembre de 1978 para acercarse a un OVNI que había aterrizado en aquel lugar. No pudo frenar su curiosidad y subió a aquel platillo volante para ver qué había en su interior. Lo que se encontró le dejó impactado y es algo que le costó 40 años olvidar.