El suicidio de Jeffrey Epstein, marcado por muchas mentiras y sombras
Epstein tiene roto un hueso que se rompe cuando alguien es estrangulado
El coronel Pedro Baños ha esclarecido un poco las sombras del suicidio de Epstein. Para empezar, el preso se encontraba en un centro en el que no se había producido ninguna muerte en 20 años, donde no hay materiales en la celda posibles para que el preso pueda quitarse la vida, sin celdas en la ventana ni nada en lo que se pueda colgar, en las que hasta las sábanas son de un material flexible que se destrozan al soportar mucho peso.
Epstein tenía una supervisión psiquiátrica diaria y, curiosamente, se la quitaron. El día que ocurrió el crimen, había tres cámaras para proteger la seguridad de los presos y, curiosamente, como dice el coronel "ese día fallaron las tres". Por otro lado, los guardas tenían órdenes de vigilar al multimillonario cada 30 minutos y, en ese momento, se duermen porque "estaban muy fatigados".
Por otro lado, el Fiscal que denuncia el caso es automáticamente cesado y ya, para rizar el rizo, Baños confirma que Epstein se partió el hueso flotante que tenemos debajo de la mandíbula. Pues bien, ese hueso se rompe en el 1% de los casos cuando una persona se ahorca y "sí se rompen cuando a una persona es estrangulada y se le gira la cabeza bruscamente".