En el año 1936, cuando estalla la Guerra Civil Española, el Gobierno dispone de 12 submarinos bastante avanzados para la época, sobre todo los seis pertenecientes a la clase C. Se trata de buenos barcos, con tripulaciones modernas, que realizarán durante los primeros meses del conflicto labores de patrulla, especialmente en la bahía de Málaga y en el Estrecho.
Nos centramos en el submarino C3 y en la misión Úrsula, una misión súper secreta diseñada por el almirante Denis, un oficial que se hará mundialmente conocido tras la segunda Guerra Mundial, un misión consistente en traer submarinos desde el Mar del Norte hasta el Mediterráneo, una labor realmente complicada.
A pesar del despliegue de la operación, para los alemanes los quince días que duró la operación Úrsula supuso un fracaso porque no consiguieron hundir nada. Bajo la consigna de volver a casa, dos submarinos emprenden el viaje de vuelta desde el cabo de Palos hasta el mar Báltico, pero al pasar por la costa de Málaga reciben el aviso de que hay un submarino patrullando: “El 12 de diciembre de 1936 el submarino C3 se encontraba en la bahía de Málaga, muy cerca de las playas de El Palo, haciendo labores de vigilancia y en ese momento un submarino alemán lo torpedea dejando vivos únicamente a tres personas de la tripulación (…) El submarino se hunde y, a pesar de que existieron testigos y supervivientes, esta historia se trata de ocultar y queda como en un limbo, parte posiblemente de una estrategia de Franco que pretendía hacer creer que el C3 en lugar de haberse hundido se había mantenido del lado de la República”.
Décadas más tarde, un pescador se dio cuenta de que en aquel punto del mar emergían una extrañas burbujas que hacían sospechar que en ese lugar había un barco hundido: “Al llegar allí vimos unas marcas de gasoil en el agua, era evidente que había habido un naufragio en ese punto de la bahía de Málaga”.
Un equipo de ‘Cuarto milenio’, con Clara Tahoces al frente’ ha viajado hasta el lugar en el que el malogrado submarino C3 fue torpedeado, hundido y silenciado a principios de la Guerra Civil Española. Con la ayuda de robots especializados, los investigadores han descubierto que efectivamente en el lecho marino descansa el olvidado submarino de la armada española que aún hoy sigue siendo una incógnita para todos los que se acercan a su historia. En total 37 muertes que fueron silenciadas por un régimen más preocupado por su imagen de cara a la política internacional que por los hombres que les servían fielmente.