El físico Ángel Ocón cuenta en primera persona su experiencia con el tablero ouija hace 40 años. Durante el periodo de servicio militar obligatorio en Tarragona, varios de sus compañeros, también licenciados, y él, dedicaban los ratos muertos a hacer preguntas con el tablero. Los hechos, sucedidos en 1977, aún estremecen al testigo.