"En un viaje familiar, en coche, en un momento del camino, fue mi perro Merlín quien se puso a mirar por la ventanilla y a ladrar con insistencia pero, ¿qué veía Merlín? Él miraba por la ventanilla a una especie de lomas oscuras que yo no sabía entonces, eran el inicio del territorio de Montealegre del Castillo, lugar donde surgieron estas figuras de piedra", cuenta Iker.