Un equipo de 'Cuarto Milenio' se ha desplazado a Ypres un enclave fundamental en el desarrollo de la guerra. Donde por vez primera se emplearon armas químicas y donde las llamadas trincheras vampiro y las tumbas de los caídos por víctimas de las balas y del gas mostaza siguen vigentes cien años después.
"Los soldados se convertían en bestias, vivían bajo la tierra, en las trincheras donde apenas existía higiene y no tenían vida privada", asegura Dominiek Dendooven, historiador del Museo de Flanders Field (Ypres-Leper). Alguna las llamaron trincheras vampiros porque se encharcaban con la sangre de miles de hombres, la mayoría quedaron completamente soterradas y olvidadas.
Los restos humanos, los pasadizos y las cámaras subterranes de la trinchera Yorkshire (Ypres-Leper) muestran las espantosas condiciones en las que vivían y morían aquellos hombres. Los que sobrevivían a veces parecían envidiar la suerte de sus compañeros caídos y muchos terminaban recluidos de por vida en manicomios.
"Algunos soldados se volvieron locos a causa de los bombardeos y desarrollaron actitudes anormales", cuenta Tim Trachet, periodista de la cadena VRT de Bélgica.
Han pasado 100 años y son muchos los que creen que en mitad del infierno, elevándose sobre las siniestras trincheras vampiros, aparecieron unos seres que no eran de este mundo, unos seres que en Ypres-Leper son parte de la historia, una terrible historia de sangre, guerra y misterio.
Los ángeles de Mons y otras apariciones fantasmales
Junto a la muerte y a la desolación las trincheras se cubrieron de historias de misterio que La Nave del Misterio recupera de la mano del escritor José Luis Hernández Garvi y Carmen Porter. Los ángeles de Mons es el nombre otorgado a una leyenda la cual postula que un grupo de ángeles protegieron al Ejército británico en la Batalla de Mons durante la Primera Guerra Mundial.