"Cuando se atascaba el dique de estériles, cogían a dos trabajadores y con una balsa hecha con dos neumáticos de camión, unas tablas y una cuerda, iban desplazándose por todo el estanque de lodo radiactivo hasta que llegaban y con un palo lo desatascaban", cuenta Miguel cómo ejemplo de las barbaridades que ocurrían en la fábrica de uranio de Andújar.