En 2009 Esteban nos cuenta que estaba durmiendo y su mujer le despertó y le puso la webcam en la cara. “Lo que vi fue a mi hijo durmiendo y a otro niño. Era una cara con los rasgos más marcados. Mi hijo estaba recostado mirándolo a él”. Como un intruso que se cuela en la casa. “Al principio lo primero que pensé fue que las sábanas con la oscuridad hacían la figura de un niño. Nunca había creído en estas cosas”, reconoce Esteban