Hace escasas semanas en el corazón de Jaén surgió una insólita noticia que en cuestión de horas se convirtió en el centro de atención de todos los vecinos de la localidad andaluza.
Es entonces cuando la policía lleva acabo una inspección en el interior del edificio con resultados poco esclarecedores. Días más tarde, la noticia publicada por el diario ‘Jaén’ ponía de manifiesto la investigación oficial que había tenido lugar en el interior del Ayuntamiento a causa de una aparición fantasma.
Tras la visión del niño y la investigación policial, el alcalde en funciones Javier Márquez quedó muy sorprendido al comprobar que la historia del fantasma del niño no era nada nuevo para los trabajadores del Ayuntamiento.
Según los testimonios, las apariciones siempre tienen lugar en el ala contraria al despacho de alcaldía, en las escaleras principales y en la sala de informática.
A raíz de la publicación, las reacciones en el Ayuntamiento han sido de lo más variadas. Pese a que conseguimos obtener testimonio de alguno de los trabajadores no se nos permiten grabarlos ni acceder al interior del recinto.
Casualidad o no en la misma plaza del Ayuntamiento se encuentra la Catedral de Jaén, también escenario de la supuesta aparición de un niño vestido de comunión desde hace años y que algunos relacionan ya con este caso.
Durante la investigación conseguimos acceder al testimonio de alguien que al leer las noticas del diario recordó una vieja historia que había tenido lugar en su entorno familiar más cercano.
Conseguimos corroborar un último dato que durante muchos años fue considerado como una leyenda urbana pero que en alguno círculo s de Jaén había sido contado con la autenticidad que otorgan los datos.
La historia acontecida en el viernes santo de 1948 fue recordada durante años y transmitida durante años a modo de precaución. Pero existe un último dato donde yace la relación con esta historia y es aquel día la víctima iba completamente vestida de blanco.
El silencio ha tratado de imponerse sobre el último expediente X español como si la presencia del niño vestido de comunión incomodase más a los cargos oficiales que a los propios testigos, como si silenciando el eco de la noticia pudiesen acabar con las apariciones del niño perdido de Jaén.