En Villisca (Estados Unidos) se estaba creando una ciudad que gracias al raíl que había comenzado a emerger. Era una zona con mucho tránsito comercial. Todos se conocían, era una localidad muy tranquila.
La noche del 9 de junio de 1912, la familia Moore compuesta por un matrimonio y sus cuatro hijos fueron a la iglesia y ese día se celebraba el día del niño. A las ocho de la tarde vuelven a casa con las hermanas Stillinger, amigas de una de las hijas del matrimonio que esa noche se quedan a dormir en casa de los Moore.
Dicen que fue la noche más oscura de Villisca. Se cree que hacia la media noche alguien entra en la vivienda y acaba con la vida de todos con un hacha, primero con el mango y después con la hoja, desfigurando sus rostros.
Hacia las cinco de la mañana, la vecina ve que en la casa de los Moore no hay movimiento y se acerca a la casa per nadie contesta. Cuando acceden se encuentran los dos primeros cuerpos. La policía se da cuenta de que todos están muertos en sus camas. Todas las habitaciones están tapadas y todos los cuerpos tienen la cabeza tapada también. Hay dos lámparas de queroseno que parece que han sido apagadas. Los investigadores encontraron también un trozo de tocino al lado del hacha que había sido lavada.