Las maldiciones durante el rodaje de 'La profecía': decapitaciones, señales del maligno y el triste final de sus protagonistas
La historia original de 'La profecía' fue escrita originalmente por David Seltzer, quien decidió no continuar la serie después de la primera novela
Durante el rodaje de la película y los años posteriores ocurrieron una serie de inexplicables accidentes que marcaron la vida de sus protagonistas y de las personas que trabajaron en el rodaje
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Se trata de una de las películas de terror por excelencia. Hoy, en nuestra sección ‘Cine club’ analizamos con el gran David Felipe Arranz el film ‘La profecía’, una cinta que aún hoy sigue aterrando a todos aquellos que se atreven a darle al play.
“Cada hora, cada día está usted más cerca del fin del mundo, usted ya estaba advertido, la profecía va a cumplirse”. Esto es lo que rezaba el cartel promocional de la película en la que hoy nos centramos.
Una idea aterradora, la de un niño, Damien, que encarga a la perfección el papel del maligno. Tal y como nos ha explicado David Felipe, todos los niños que encarnaron a Damien tuvieron un triste futuro como actores, teniendo uno de ellos incluso que huir del país: “Les marcó profundamente el papel”.
Damien no es otra cosa que el hijo de Satán, el apocalipsis del que habla San Juan: “El que tenga entendimiento, calcule el número de la bestia pues es número de hombre, y su número es el 666”, Apocalipsis 13:18.
A partir de este pasaje de la biblia, el equipo de la Fox que produjo la película se pone manos a la obra para llevar la historia al cina no sin múltiples advertencias: “La advertencia severa de que tratar con asuntos de que tratar con el demonio se fue manifestando a lo largo del rodaje, llegando incluso a bendecir las escenas y colocando cruces sagrados por los escenarios”.
Las maldiciones durante el rodaje de ‘La profecía’
El actor que encarnaba el papel del padre de Damien acepta interpretar la cinta meses después de haber perdido a su hijo y estando sumido en una gran depresión. Antes que él, otros actores rechazaron el papel por el mal fario que suponía “tratar” con el diablo.
La primera vez que el equipo se encuentra con una señal de aviso fue cuando volaban hacia el escenario del rodaje, un rayo cayó sobre el avión en el que viajaban y posteriormente sufrieron un aterrizaje forzoso. Pero las señales no acaban aquí…
El director de efectos especiales, encargado de rodar en la película una decapitación, sufrió años después un accidente en el que su novia quedó decapitada, algo que vio instantes después del choque. Justo detrás del cadáver de su novia había un cartel de carretera: estaban en el kilómetro 66,6, el número del diablo.
En una de las escenas de la película aparecen un grupo de monos de un zoológico totalmente fuera de sí, algo que fue real y que no tuvo que ser provocado, pero lo verdaderamente llamativo es que solo un día después de la grabación, uno de los trabajadores del zoológico que ayudó en la escena fue devorado por uno de los leones del parque.