El empleo de técnicas, mediante la observación de muones o rayos cósmicos, resurge de la década de los años sesenta. Nacho Ares explica esta práctica que permite hacer una radiografía interna de la pirámide, atravesar los bloques sólidos que la componen y revelar, gracias a la cantidad de partículas que funcionan como un radar, una tercera gran cámara cerca del corazón de la pirámide.