El perturbador vuelo Las Palmas-Oslo: ¿Qué vio la tripulación que les hizo guardar silencio al llegar a tierra?

  • En 1988 una tripulación de españoles vio como al lado de su avión se colocaba un extraño objeto volador

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El mediodía del 8 de junio de 1988 algo extraordinario sucedió sobre el mar del Norte. Un Boeing 757 de Air Europa que realizaba el trayecto entre Las Palmas de Gran Canaria y Oslo fue testigo de un episodio que iba a dejar marcada para siempre a la tripulación del aparato.

A medio camino entre Reino Unido y las costas de Noruega, mientras volaban a 41.000 pies de altura, el piloto del avión divisó un punto diminuto en el horizonte. El pequeño tamaño de la anomalía le llevó a creer que podía tratarse de una mancha en el cristal de la cabina, pero cuando el objeto comenzó a moverse aquella posibilidad se desvaneció.

La respiración del piloto se entrecortó cuando, en milésimas de segundo, el aparato no identificado se acercó hasta el avión y se situó a su izquierda, decelerando a la misma velocidad antinatural con la que se había aproximado y manteniéndose completamente estático.

La maniobra superaba con creces las capacidades de cualquier aeronave terrestre conocida en aquel momento. La tripulación del vuelo pudo observar entonces los detalles del extraño objeto: su aspecto era alargado y curvo, similar a un boomerang, y su superficie parecía ser de un color gris metálico. Hasta que el aparato despareció con un nuevo y repentino impulso, rompiendo una capa de nubes y esfumándose en la misma dirección por donde había surgido.

El inexplicable incidente inundó la cabina del Boeing con una sensación de asombro absoluto y un silencio tan profundo que hizo que los pilotos optasen por no informar de lo sucedido al centro de control de vuelo. Un encuentro imposible sobre el océano Atlántico que como tantos otros ha permanecido imborrable en la memoria de sus testigos hasta hoy.

La versión de los expertos sobre lo sucedido durante el vuelo

Este es une esos casos que no aparece en ningún registro oficial y que simplemente se trata de la experiencia personal nada amable de un seguidor del programa que ha querido compartir con nosotros su vivencia.

Según Ignacio Rubio, piloto, consultor aeronáutico y abogado, ese extraño objeto tuvo que mantenerse a una distancia prudente de la aeronave para que los pasajeros no lo viesen, ya que no se recogieron testimonios del suceso. Además, Rubio cree que el avión volaba a su altura máxima permitida y que ello pudo hacer que se encontrase con un avión de caza soviético con despegue vertical que le podía hacer mantenerse estático.

Por otro lado, Fernando Cámara, Coronel del Ejército del Aire y piloto de combate, cree que el hecho de que el objeto se quede en formación con el avión disipa cualquier duda sobre un posible aparato terrestre conocido hasta el momento, o al menos conocido por el público en general.