Un imponente Citroën DS Tiburón atraviesa la campiña francesa un diez de agosto de 1969 saliendo de Perpiñán. Así comienza una historia de algo que no tiene explicación aparente y que el ser humano aún intenta aclarar.
Para muchos investigadores del fenómeno OVNI existe una conexión clara entre la mente, lo que vive el testigo y ese fenómeno misteriosos que quizá venga de incluso antes de la época de las pirámides egipcias, la presencia del visitante que nos llama.
‘Cuarto milenio’ entra en esta cuarta entrega de ‘Algo’ en una fase muy problemática: “En Francia, cuna de lecciones sobre avistamientos y visitantes extraterrestres, existe una sensación de presencia preternatural en estas intervenciones por algunos casos realmente extraños”.
Iker Jiménez explica que, con el paso del tiempo, el fenómeno OVNI se ha ido acercando al ser humano llegando incluso a mostrar formas antropomórficas de los supuestos espectadores, de esos visitantes que llegan incluso a entrar en nuestro hogar.
La nave del misterio analiza en este último programa un caso excepcional, un caso en el que estos visitantes mantienen una conexión permanente con sus avistadores: “No sabemos dónde acaba la psicosis y dónde empieza la interacción de estos seres con los humanos”.