En el Cortijo de los Galindos se halla el crimen sin resolver más extraño de la historia. El 22 de julio de 1975, cinco personas fueron asesinadas en este lugar, propiedad de los Marqueses de Grañina. Primero se encontró el cuerpo de Ramón Parrilla, asesinado a tiros y tractorista de la finca. Juana Martín apareció con el rostro desfigurado mientras que José González y Asunción fueron quemados. Se sospechó de Manuel Zapata, el capataz, ya que su cuerpo aún no había sido encontrado hasta que tres días después apareció desnucado. El forense certificó que fue el primero en morir.
El hijo de los dueños del Cortijo y Marqueses de Grañina ha acudido a ‘Cuarto Milenio’ para aportar luz al quíntuple crimen. Juan Mateo Fernández de Córdova ha escrito un libro, “El crimen de los Galindos: toda la verdad”, que revela aspectos antes desconocidos. Fue testigo de los sucesos ocurridos siendo un adolescente de 15 años. Visitó el lugar del crimen tan solo 24 horas después de que sucedieran los hechos y sospecha de su propio padre como conocedor de los hechos y colaborador.
Juan Mateo recuerda un episodio con su madre y su abuela en el que le dejan entrever que su propio padre tuvo mucho ver en el asesinato. Juan Mateo Fernández de Córdova sitúa el móvil en un desfalco económico cometido en una cooperativa agrícola de aceitunas de Utrera y su propio padre está implicado, algo que Manuel Zapata conocía y, según Juan Mateo, tenían que callarlo. Juan Mateo de Córdova apoda al sicario con el nombre falso de Curro, responsable principal de la terrible matanza de Los Galindos. Se interpreta que ‘Curro’ pudiera tener dos ayudantes, entre los que se encontraba el padre de Juan Mateo y el administrador.
Aunque el Marqués de Grañina nunca dormía en el Cortijo, pasó dos noches consecutivas allí con la posible intención de modificar pruebas. Cuando el Marqués de Grañina muere, su madre le confiesa una frase que esclarece aún más las dudas de Juan Mateo: “Parece mentira que haya personas que se vayan de rositas”.
La grabación es una conversación inédita entre la Marquesa de Grañina y su hijo Juan Mateo Fernández de Córdova sobre unas manchas de sangre que limpiaron. La mancha es la prueba que confirma la presencia de un cuerpo arrastrado y sacado por la puerta de la cocina. La grabación jamás había sido difundida hasta hoy. Juan Mateo deja clara la inocencia de los asesinados y tiene la fiel sospecha de que el ejecutor vive a día de hoy.