"La televisión es un mundo mágico en el que ocurren cosas increíbles. En este programa, donde el guión prácticamente no existe, tenemos libertad para contarles lo que deseemos y precisamente de eso sabía mucho un buen amigo, José María Íñigo. Cuando muere un colega como él se muere algo más que una persona, se va un trozo de tu alma colectiva".