Iker Jiménez: “Para Goya no había ni buenos ni malos, la barbarie era de unos y de otros”
cuatro.com
09/10/201701:30 h.Goya es conocido por sus obras más célebres expuestas en museos aunque no siempre son las más impresionantes ni las que demuestran su salto en el tiempo. Yo veo al pintor como un profeta.
Hace no mucho tiempo en Zaragoza observaba en una exposición los desastres de la guerra que expresaban muy bien algo muy profundo que, aunque compartido por otros pueblos, en España es muy especial. El “cainísmo”. Esa especie de desprecio por el otro, esa especie de mecha que se enciende fácil y, a veces, nadie hace nada por apagar sino todo lo contrario. Y nuestra historia es ejemplo de como encender la mecha provoca luego explosiones terribles. Pero esto son cuestiones en las que yo no entro sino en el arte mágico. Goya acabo hablando y escuchando a sus pinturas en las que algunas eran sólo para él no para venderlas.
Goya retrató el alma humana en esos desastres de la guerra y lo analizándolo uno ve que en las revueltas con los franceses la barbarie se cebaba. Estos grabados de Goya siguen trasmitiendo ese mensaje para que no se vuelva a repetir en el tiempo. Pero el pintor en esos mismos grabados ponía al populacho también matando con esa rabia. Para Goya no había buenos ni malos, la barbarie era de unos y de otros. Una barbarie que no tiene dueño pero cuando se desata la cara de pandora hay algo en esas caras que es muy reconocible.
En uno de sus grabados en la que se ve a un hombre implorando al cielo dibujó abajo una frase en la que decía: “Tristes presagios de lo que ha de acontecer”. El Goya profundo fue el que retrató el alma española. Un alma atormentada y siempre en conflicto. Y sin embargo tenemos ejemplos en todos los rincones de nuestro país para sentirnos orgullosos. Yo espero que la profecía de Goya no se cumpla porque sería un desastre y que alguien en algún lugar nos reencontremos con lo mejor que tenemos.
Hasta dentro de siete días, amigos.
Iker J.