En el cierre, Iker Jiménez ha reflexionado sobre aquellos productos que han vendido como buenos para la salud que han resultado ser “auténticos apocalipsis para la salud humana, animal y de la naturaleza”. El presentador ha recordado algunos de los ejemplos más sonados como el orujo de la muerte, el síndrome del aceite de colza o los polvos de talco y ha hecho una gran reflexión al respecto: “Los que dicen que no pasa nada callarán de nuevo porque están perfectamente pagados”.