"Cuando uno lleva unos cuantos días en Egipto puede saturarse de ver tantos jeroglíficos, tanta belleza, pero suele ocurrir algo que hace que el impacto regrese. Cuando uno se abre paso dentro de las pirámides en soledad, se da cuenta de hay letras perfectamente legibles, no se trata de jeroglíficos, si no de un texto perfectamente entendible que fue escrito no hace tanto...".