Hildegarda de Bigen causó un gran impacto en la Europa del siglo XII, dominaba las artes y las ciencias, y además era capaz de trasladarse a una dimensión desconocida para el resto de los mortales y extraer información. Gracias a esa conexión sobrenatural, fue capaz de adelantarse a su tiempo.
Abadesa, profetisa, médico, pintora, botánica, compositora… Hildegarda llegó a expresar por escrito, a petición de las autoridades eclesiásticas, las visiones que ella había tenido, en total 35 pero, ¿cómo hacerlo de forma plástica?
A través de pinturas, Hildegarda llevó a sus semejantes hasta ese mundo prodigioso, un mundo en el que ella aseguró que le hablaban en una extraña lengua, la que bautizó como ‘hipnota’. Con extensos textos acompañados de enigmáticas ilustraciones, la religiosa dejó plasmadas las profecías que sacó de aquellos viajes astrales, profecías que aún hoy se siguen teniendo en cuenta.