La quema de libros y el veto no son cosa del pasado. Juan Soto Ivars nos muestra una semana más en la sección ‘Libros malditos’ que cualquier libro, lo creamos o no, puede convertirse en señalado y proscrito. Libros transgresores, libros políticos, libros que tocan temas que sensibilizan especialmente a la sociedad o libros que, por moda, se convierten en textos que algunos quieren desterrar y hacer desaparecer.
La pasada semana Ivars nos hablaba del conocido como ‘Libro blanco de ETA’, un auténtico manual para terroristas tremendamente difícil de conseguir y que Ivars logró mostrar en la nave del misterio. En esta ocasión el libro señalado es el que protagoniza un niño mago conocido en todo el mundo: Harry Potter.
En el caso de Harry Potter, Ivars expone cómo los poderes eclesiásticos en EEUU “incitaron a prohibir” las aventuras del niño mago porque argumentaban que era un libro que hablaba de brujería y que iba en contra de la religión. Se trata, aunque cueste creerlo, de un libro prohibido en numerosos países como es el caso de Corea del Norte, donde únicamente puede conseguirse a través del contrabando.
Además de haberse convertido en una saga de libros señalada por sus escenas mágicas supuestamente contrarias a la religión contraria, existió una gran campaña contra la autora J.K Rowling por unas polémicas declaraciones en las que defendía la idea de que las mujeres transexuales no eran mujeres. Esta polémica, sumada a los detractores de las aventuras del niño mago, ha provocado que incluso hoy, en pleno 2022, se sigan produciendo quemas de libros de Harry Potter.