A los meses se encontrarse los cadáveres de las jóvenes llegaron las muestras, concretamente una alfombra en la que, con la ayuda de un sofisticado equipo para la época, encontró machas de sangre, esperma y fibras de distintos tipos. Cuando el Doctor estaba a punto de analizar el esperma recibió una llamada: “Me exigieron que devolviese inmediatamente las muestras que había obtenido”. Nunca más se supo de aquellas manchas de esperma que no llegaron a terminar de ser analizados.