La historia del misterioso castillo de Monda comienza en el siglo XV cuando el Duque de Escalona, Diego López de Pacheco toma la villa de Monda y elige como gobernador y dueño del castillo a Diego Hurtado de Mendoza. Cuenta la leyenda que Diego Hurtado de Mendoza tenía una hija de enorme belleza que se llamaba Beatriz.
En un momento determinado el alcaide de una villa cercana manda a su hijo Arturo hasta el castillo para enviarle una carta a Hurtado de Mendoza. Es el aquel momento en que los dos jóvenes, Beatriz y Arturo, cruzan sus miradas y se enamoran al instante. A partir de aquel día, Arturo viajará a diario hasta el castillo para ver a su amada hasta que un día es llamado a filas y muere en el frente. Beatriz se enteraría de la muerte de su amado porque "las flores del almendro en el que se juraron amor eterno comenzaron a llorar sangre".
Comienza aquí una leyenda que a día de hoy sigue muy presente entre los habitantes del pueblo jienense y que aterroriza a todos los que visitan el hotel en el que siglos más tarde se convirtió el castillo. Tal y como cuentan los trabajadores del establecimiento y algunos clientes que han pasado por allí, en la habitación 202 del hotel ocurren sucesos extraños y es que, tal como cuentan los habitantes del lugar, las historias aseguran que fue en esa habitación del castillo en la que Beatriz murió de pena por no volver a ver a Arturo.
Nuestra compañera Clara Tahoces se ha trasladado hasta el misterioso castillo y, junto a Luis Uriarte, ha llevado a cabo un experimento en el que han captado gracias a unas grabadoras unos extraños sonidos que, al igual que los sucesos que tienen lugar en la habitación, no tienen explicación.