Aldo Linares se estremece en un viejo cuartel de la Guardia Civil: "Una mujer se puso a los pies de mi cama"
En el antiguo cuartel de la Guardia Civil de Cofrentes, en Valencia, ocurren fenómenos extraños según las personas que han pasado allí la noche
Aldo Linares percibe malas sensaciones: “Esa mujer nos miraba fijamente, como preguntándose qué hacíamos allí”
Desvelamos la historia familiar tras las apariciones del cuartel de la Guardia Civil de Cofrentes
‘Cuarto milenio’ se ha trasladado hasta Cofrentes, una localidad de la Comunidad Valenciana, en la que, según varios testigos, ocurren fenómenos extraños. Un equipo del programa ha acudido a un edifico en concreto, el antiguo cuartel de la Guardia Civil de la zona, un lugar en el que Javier Pérez Campos y Aldo Linares han hecho un espeluznante descubrimiento.
Este edificio, actualmente propiedad del ayuntamiento de Cofrentes, se empleó como cuartel tras la Guerra Civil Española y así fue hasta 1953 cuando pasó a sus antiguos propietarios, las personas que se lo habían alquilado a los agentes.
Durante ese período, la casa fue lugar de extraños sucesos: “Al entrar en la casa tuve una sensación extraña, diferente, como si te envolviera algo (…) Me tumbé en la cama y se escuchaban murmullos, voces, cosas muy raras, como si alguien te hablara en el oído, pero levantaba la cabeza y allí no había nada ni nadie, así cada cinco minutos más o menos, además de escuchar pisotones y puñetazos, como si llamaran a la puerta”.
Una de las personas que vivió en aquel lugar relata con terror la noche que no pudo pegar ojo: “Me levanté al baño y vi que una mecedora estaba moviéndose, entré la paré, y cuando salí del baño aquella mecedora estaba moviéndose de nuevo pero esta vez a gran velocidad, salí de allí corriendo y esa noche la pasé en el coche, fui incapaz de volver a entrar”.
Los que han vivido en ese lugar hablan de ruidos, de una sombra oscura, de un olor putrefacto, de golpes graves… ¿qué ocurre en el que fuera cuartel de la Guardia Civil de Confrentes?
El espeluznante hallazgo del equipo en el cuartel
Un equipo de ‘Cuarto milenio’, capitaneado por Javier Pérez Campos, se ha trasladado hasta el lugar en compañía del sensitivo Aldo Linares para averiguar qué ocurre allí y en especial qué ocurrió en el pasado.
Cuando Javier y Aldo entraron en el sitio, la sensación que percibieron fue muy parecida a la que han relatado los testigos: “Mucha gente creía que la sombra que allí se materializaba pertenecía a un guardia civil, pero no era así, la casa escondía una historia familiar”.
El propio Javier Pérez Campos ha reconocido que en sus años de experiencia jamás había logrado hacerse con una grabación en la que se escucharan tantos sonidos extraños: “Llegamos a registrar hasta 30 sonidos espeluznantes de golpes”.
Lo que Aldo Linares recuerda es aún más perturbador: “Yo estaba tumbado y a los pies de mi cama se paró de pie una mujer que me miraba fijamente, era una mujer bonita y delgada pero con carácter fuerte, de unos sesenta años, llevaba un vestido largo y ancho en la parte de abajo y nos miraba como preguntándose qué hacíamos allí”.
Aldo tuvo en ese momento, en la soledad de su dormitorio, la posibilidad de anotar en un cuaderno lo que acababa de ver e incluso de dibujar en una hoja en blanco la extraña figura. Esas anotaciones las ha mostrado en la nave del misterio y el mismísimo Iker ha quedado fascinado. Lo que descubrieron después es estremecedor.
La psicofonía del cuartel: pasos, golpes y murmullos
El propio Javier Pérez Campos ha reconocido que en diez años de investigaciones nunca se había encontrado con una grabación tan nítida como la que lograron en este lugar. Pasos, golpes, sonidos que han impresionado a Iker Jiménez: “Se escucha perfectamente que son pasos, incluso te diría que son pasos que suben una escalera y se van alejando poco a poco”.
Pero lo sorprendente de la grabación no acaba aquí, en ella se escucha perfectamente cómo alguien habla, una voz de mujer, una conversación incluso, lamentos entre una mujer y un hombre. Clara Tahoces ha limpiado el sonido y asegura que la extraña voz dice ‘cierra, cierra’.