Helena Martín estuvo viviendo en el Parador de Mérida. Asegura que su hijo mayor, que en aquel momento tenía ocho años, escuchaba voces. Al principio Helena no le dio importancia, era un niño con imaginación en un sitio nuevo. Pero un día le escuchó llorar en la habitación y, cuando se acercó y dijo su nombre, el niño respondió desde la otra punta de la casa. Poco a poco su otro hijo comenzó a ver más cosas: desde muy pequeño señalaba partes del lugar que estaban cerradas y aseguraba ver a un niño. Además, certificaba que por las noches ese mismo niño salía del baño y se dirigía a su cama para mojarle los pies.
Paloma Navarrete y el equipo de 'Cuarto Milenio' han acudido al lugar en busca del niño. Sin embargo, en lugar de encontrar información sobre el misterioso pequeño, Paloma ha conseguido hablar con la presencia de un monje que asegura llamarse Fray Domingo Gabriel y con una serie de personas que estuvieron encerradas en el sótano, que antiguamente era un manicomio.